En una democracia como la española resulta esencial y necesario que los trabajadores que forman parte de una empresa puedan estar sindicados, así como que estos sindicatos tejan dentro del seno empresarial unas buenas organizaciones que aboguen por la unidad de los obreros, por los convenios más óptimos y por defender de forma conjunto el futuro de la empresa y de quienes hacen posible que la actividad empresarial se desarrolle.
La carencia de esta salud sindical es uno de los principales problemas con los que se han encontrado ahora los trabajadores de Abengoa, que no gozan de fuerza sindical ni obrera que defienda lo mejor para ellos y para el futuro de la compañía. Y es que durante años la vida cotidiana en Abengoa se ha desarrollado sin que los sindicatos pudieran velar por el correcto funcionamiento de los tajos y por los derechos del obrero.
El miedo de los trabajadores a ser despedidos fue una de las consecuencias de las amenazas con las que Abengoa amedrentó a los miembros de su plantilla si decidían montar un sindicato. El pánico hace unos meses cuando estalló la crisis del gigante andaluz fue tal entre los trabajadores, que aquellos que peleaban y se manifestaban por crear un comité de empresa tuvieron finalmente que dar marcha atrás ante las represaliar que pudiera tomar la compañía.
Resulta por tanto llamativa que en pleno siglo veintiuno en un país civilizado se produzca una gestión autoritaria por parte de aquellos que, por otra parte, han llevado a la más absoluta ruina a una de las compañías más poderosas de España. Tampoco hay que olvidar que Abengoa tenía trabajando hasta finales de 2015 en todo el mundo a más de 25.000 personas.
Ahora, en mitad de la tormenta, con multitud de despidos produciéndose desde hace unos meses y con la tónica frecuente de que a final de mes no lleguen los pagos de los salarios, los trabajadores de Abengoa se encuentran con más miedo aún del que deberían tener en un contexto tan adverso como este, y todo por no tener un comité de empresa que vele por lo mejor para ellos y para su futuro.