Mundialmente existe una preocupación muy grande con respecto al tema de la energía y su aprovechamiento máximo. Y como este tema tiene conexión directa con el medio ambiente, en el año 2002 el Parlamento aprobó una certificación energética que debe tener todo edificio que se quiera poner en venta o arrendar, esta medida obviamente es adoptada en España como miembro de la Unión Europea. Dicha certificación ha sido modificada y mejorada varias veces a lo largo de su aprobación, pero es en Marzo del año 2013 que en España es de carácter obligatorio poseer ese certificado para vender o alquilar una propiedad.
La certificación energética es la evaluación de una propiedad para determinar qué consumo energético tiene y qué cantidad de Co2 emana dicha propiedad que esté dispuesta para su venta, que esté ofrecida en arrendamiento, dicha certificación es responsabilidad del arrendador, es él el que tiene que pedir y contratar los servicios de técnicos avalados para la evaluación y luego certificación energética de la propiedad. Estos técnicos antes mencionados deben ser arquitectos o ingenieros, el propietario puede escoger entre uno u otro con tal y tengan las respectivas acreditaciones para poder realizar la certificación.
Esta certificación valora la propiedad y da una escala de medición dependiendo de la cantidad de Co2 que emane dicha propiedad, teniendo que “A” es el escalafón de mejor rendimiento energético y “G” la peor categorización energética, estas mediciones tendrán repercusiones en el valor de venta o alquiler del lugar. Existen sanciones para aquellos propietarios que no cumplan con este requisito de certificación. Así pues, estas multas van desde los 300 euros y puede llegar ser hasta de 6000 euros. En este sentido, las infracciones que sean consideradas como leves, serán correspondidas con una multa que oscilará entre unos 300 y 600 euros. Por otro lado, las infracciones que puedan considerarse como graves, tendrán unas multas que estarán dentro del rango de los 601 hasta los 1000 euros; y por último, las infracciones que sean consideradas como gravísimas conllevarán multas entre 1001 hasta 6000 euros.
Hay que recalcar que este certificado es de total importancia a la hora de la compra de una propiedad, el vendedor tiene que mostrar y entregar la certificación original al ahora dueño, de igual forma a la hora de alquilar el lugar el arrendador debe mostrar y entregar una copia de la certificación.