El ambiente que rodea a la fábrica de Avilés es tenso, y se tensa cada vez más y más por la gran incertidumbre acerca del futuro de esta multinacional. La reunión que fue pautada para los primeros días de junio, fue convocada para los sindicatos que desean de información acerca de qué le depara a la fábrica de Avilés.
La reunión, como fue enunciado en el comité de empresa será en la antes mencionada, y dentro de ellas se discutirán las posibles opciones donde no se toma como imposible la venta de la empresa. Lo cual evidentemente abruma a los 400 trabajadores que la conforman ya que el futuro parece gris para la fábrica y los sindicatos empiezan a temer por sus derechos laborales y más aún, desean saber si la compensación (en el caso de que ocurra una venta) será de términos aceptables para aquellos.
Lo que sí es certero es que los empleados querrán un discurso conciso de Rubén Bartolomé, ya que habla de que “todo puede ser posible incluso un cierre de plantas” pero no profundiza esa idea y deja a los empleados en un estado de duda.
Los sindicados son incapaces de saber ya que el discurso del presidente tiende a ser muy ambiguo. Los trabajadores que se enterarán por el consejero que había mantenido conversaciones con Bartolomé, quien dijo “simplemente me ha dicho que no hay nada cerrado y que se barajan todas las posibilidades”, y esto es lo que precisamente saca de los carriles a los trabajadores y genera tensión en la atmósfera de la empresa.
Para disminuir la incertidumbre se informó que la consejería intentará mantener contacto con la dirección de la compañía al más alto nivel para escrutar más información que sea concreta. Sin embargo, los trabajadores no pueden evitar alarmarse, ya que ha habido tantos cierres de planta últimamente, o recortes de personal que los hace pensar si tal vez podrían ser los siguientes.